En solitario parecen inofensivos, pero en conjunto, los electrodomésticos de tu vivienda, y más concretamente los de tu cocina, pueden llegar a representar el 40% del consumo total de tu hogar. El ranking lo lidera el frigorífico, sin duda el mayor consumidor ya que está funcionando 24 horas diarias, pero también veremos otros participantes que aportan su granito de arena.
Su uso continuo por una parte, y el hecho de que tenga que demandar potencia para poder enfriar los alimentos, hacen que este electrodoméstico sea el que más consume en tu hogar. La distinción entre una clase energética y otra de frigorífico marcará grandes diferencias, de esta manera, un frigorífico catalogado por la IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) como B estaría consumiendo (y costándote, a final de mes, en tu factura de la luz) el doble que uno catalogado como A++.
Un frigorífico más eficiente será más caro, pero ya sabemos de sobra que en la mayoría de ocasiones, lo barato sale caro. Su consumo sobre el total del hogar puede suponer un 18%, por lo tanto invertir en un frigorífico eficiente es fundamental si queremos notar el ahorro en nuestra factura energética.
También es importante saber que durante los periodos Valle (de 00h a 8h de la mañana, y los 24h durante los fines de semana y los festivos nacionales) el frigorífico estará consumiendo energía a un precio mucho más económico (y de mercado, si eres cliente de Alterna).
Si tienes una «vitro» eléctrica, ésta puede suponer hasta un 15% del gasto energético total de tu vivienda. Para evitar gastos innecesarios, no olvides utilizar el calor residual para cocinar, además de tener a mano elementos de menaje que también sean eficientes, y por lo tanto necesitan menos calor para que puedas cocinar con ellos.
Ten en cuenta que una cocina de inducción puede suponer hasta un 45% menos de gasto frente a una vitrocerámica, es importante saberlo para futuras compras. También entraría en la valoración la cocina de gas, ya que este recurso energético es más económico que la electricidad.
Como en el caso del frigorífico, la clasificación energética del IDAE también será un factor diferencial a la hora de elegir qué tipo de lavadora comprar.
Si no tenemos pensado comprar una nueva lavadora, podremos ser más eficientes en el día a día haciendo lavados ECO/cortos siempre que tengamos ocasión. La temperatura a la que lavemos nuestra ropa también será un factor diferencial de ahorro. Así, lavar con agua fría frente a hacerlo a 50ºC puede suponer un ahorro de un 80%.
No todos los enemigos se encuentran en la cocina. El televisor es uno de los grandes consumidores de hogar ya que la mayoría de usuarios nunca lo apaga totalmente. Dejándolo en standby puede llegar a consumir como un ordenador a pleno rendimiento.
En este caso la clasificación energética no supondría grandes diferencias entre productos, el ahorro estimado de un televisor clasificado como B frente a uno C sería aproximadamente de 2,5€/año.
El televisor, junto a otro gran conjunto de pequeños electrodomésticos, serían los responsables del consumo fantasma, que puede llegar a suponer un 10% sobre el consumo total de una vivienda.
Aunque el microondas ha quitado mucho peso al uso del horno, éste sigue siendo imprescindible en la mayoría de hogares, siendo un 8% su aportación al gasto total de la vivienda.
Como en el caso de la vitrocerámica, es fundamental aprovechar su calor residual, apagándolo durante los últimos minutos para evitar gastos innecesarios. También es recomendable aprovechar sus dos alturas para cocinar varios alimentos a la vez.
Porque no todo van a ser enemigos, la entrada en nuestras vidas del microondas ha supuesto una reducción del gasto eléctrico general en nuestras casas. Desplaza a electrodomésticos más «gastones» como la vitrocerámica o el horno, lo que le convierte en un aliado en la cocina de manejo rápido y fácil. ¡Calentar un litro de agua supone solamente un gasto de 0,10 kWh!